Hoy vamos a comentarles por qué es importante el reciclado de las latas de aluminio. El aluminio es el más ligero de los metales, su temperatura de fusión es relativamente bajo, tiene miles de usos industriales, médicos y en la construcción.
Además, por su ligereza, maleabilidad y por ser neutro, se usa para envases de bebidas y alimentos. Como es muy flexible y ligero, además de que su resistencia permite hacer envases muy delgados, el reciclaje de envases de aluminio es muy fácil para el consumidor, tanto en su separación, su almacenaje y su transporte.
Debido al considerable ahorro producido durante el reciclado y a la sencillez del proceso, el aluminio se empezó a reciclar muy pronto y hoy en día es una actividad normal, técnicamente resuelta y rentable. El proceso de reciclado del aluminio aporta, además, importantes beneficios medioambientales, económicos y sociales:
Cuatro de cada cinco latas de refresco que se fabrican en el mundo son de aluminio y sólo el 50% se recupera para su reciclaje. En Estados Unidos, cerca del 90% de las latas de refresco son de aluminio y en 1989 se alcanzó un reciclaje del 60%. En dicho país se utilizan a diario tantas latas de acero como las necesarias para construir una cañería desde Los Ángeles a Nueva York, y viceversa.
Actualmente, siete de cada diez latas son de aluminio y tres de acero laminado. La lata de acero blanco proviene del laminado del acero producido en las grandes siderurgias. Los bloques de acero se llegan a prensa hasta obtener un grosor de entre 2 y 0,16 mm. La tecnificación de este proceso de laminado permite ahorrar en la actualidad un 40% del acero por cada lata respecto a procesos menos modernos.
Los botes de aerosol, por ejemplo, están fabricados a base de este acero tan fino. Se calcula que el precio de una lata es el 7% u 8% del valor de aquello que contiene. Si bien las latas pueden ser recipientes adecuados para envasar productos alimentarios e industriales, no debemos olvidar que constituyen un residuo que representa el 2% del peso de las basuras domésticas. Las latas se revisten con estaño y a menudo se cierran con aluminio; de esta manera se garantiza una mejor estabilidad del producto, pero en cambio se dificulta el reciclado.
Las latas metálicas son fácilmente reciclables, pero se necesitan plantas recuperadoras con un nivel de sofisticación que permita separar la hojalata de la basura triturada. Se trata de una tecnologías muy costosa pero en estos momentos puede recuperar casi el 2% del metal procedente de las latas que se encuentran en los residuos sólidos urbanos. Para la recuperación del acero de las latas es preciso desestañaras y extraerles el aluminio. Éste es un proceso bastante contaminante, aunque mucho menos que el de producir acero de nuevo. En consecuencia, es preciso consumir lo menos posible productos domésticos fabricados con derivados del acero, como la hojalata. Las siderurgias pertenecen al grupo de las empresas más contaminantes que existen.
En cualquier caso, el reciclaje es una medida imprescindible cuando se ha llegado a la minimización de su uso. Sería deseable disponer de contenedores especiales y que el envase metálico se utilizase únicamente para determinados productos. Desgraciadamente, actualmente se siguen enlatando todo tipo de productos, incluso los alimentarios.
POR ESTAS RAZONES Y MUCHAS MAS HEMOS EMPEZADO A JUNTAR LATAS DE GASEOSA Y CERVEZA PARA LUEGO LLEVARLAS A RECICLAR COMO CORRESPONDE.
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Por otro lado hay muchos artesanos que realizar trabajos solo con las chapitas de las latitas, por eso actualmente hay un mercado para eso y nosotros las juntamos por separado. [Más info]
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